sábado, 22 de agosto de 2015

Impuesto sobre la renta en el extranjero, por Tu Europa

¿Qué país puede exigirte el pago de impuestos?
No hay normas generales para toda la UE que indiquen cómo deben gravarse los ingresos de las personas que viven, trabajan o pasan tiempo fuera de su país de origen.

Sin embargo, el país en el que se te considere residente a efectos fiscales puede gravar el total de tus ingresos mundiales, ya sean producto o no de tu trabajo. Aquí se incluyen los salarios, las pensiones, las prestaciones, las rentas de la propiedad o cualquier otra fuente o renta del capital procedente de la venta de propiedades, de los países de todo el mundo.

Cada país aplica su propia definición de "residencia fiscal", pero:
  • Habitualmente se te considerará residente fiscal en el país donde pases más de 6 meses al año
  • Si pasas menos de 6 meses al año en otro país de la UE, lo normal es que sigas siendo residente fiscal en tu país de origen

Doble residencia fiscal
En algunos casos, dos países pueden considerarte residente fiscal al mismo tiempo y obligarte a pagar impuestos sobre tu renta mundial. Afortunadamente, muchos países tienen convenios de doble imposición (Ingles), que suelen incluir normas que determinan cuál de los dos países puede tratarte como residente.

Si el convenio fiscal no te ofrece una solución o tu situación es especialmente complicada, ponte en contacto con las autoridades fiscales (Ingles) de uno o ambos países y pídeles que te la aclaren.

Trabajadores desplazados / solicitantes de empleo
En algunos casos, como el de los trabajadores desplazados en el extranjero por un periodo de tiempo limitado o los solicitantes de empleo en el extranjero, se te puede considerar residente fiscal —y por tanto sujeto pasivo a efectos fiscales— en tu país de origen, incluso aunque hayas permanecido en el extranjero más de 6 meses. Esto puede ocurrir si mantienes la residencia permanente en tu país de origen y tus lazos personales y económicos son más fuertes allí. Ponte en contacto con las autoridades fiscales para saber a qué normas atenerte.

En ese caso, tu país de acogida también puede cobrarte impuestos: por ejemplo, la empresa local para la que trabajes puede deducir los impuestos de tu salario al pagarte.

Además, independientemente de que sigas siendo o no residente fiscal en tu país de origen, este puede gravar las rentas generadas allí (como las de la propiedad, por ejemplo).

En estos casos, conviene que sepas que hay soluciones para la doble imposición y que te asegures de no tributar dos veces por tus ingresos si no tiene por qué ser así.

Residencia fiscal ficticia
Según algunos convenios de doble imposición (Ingles), el país en el que ganes la totalidad o la mayor parte de tus ingresos te tratará como residente fiscal, incluso aunque no vivas allí. Algunos países dan un trato de residente fiscal ficticio a los trabajadores transfronterizos.

Según las normas de la UE, cada país tiene aún cierta libertad para decidir qué porcentaje de tus ingresos representa "la mayor parte de ellos". En cualquier caso, el país donde obtengas la totalidad o la mayor parte de tus ingresos estará obligado a aplicarte las mismas deducciones y desgravaciones fiscales que a sus residentes, con independencia de que te considere o no residente fiscal.

Por supuesto, si ya te aplican todas las deducciones a las que tienen derecho los residentes del país donde trabajas, no puedes esperar que te apliquen también todas las deducciones y desgravaciones a las que tienen derecho los residentes del país donde vives. Ten en cuenta que las autoridades fiscales de ambos países se pondrán en contacto para asegurarse de que no se te apliquen por partida doble las deducciones y desgravaciones.

Igualdad de trato
Según las normas de la UE, independientemente del país de la UE donde se te considere residente fiscal, debes recibir el mismo trato fiscal que los ciudadanos de ese país, con arreglo a las mismas condiciones. Por ejemplo, en tu país de residencia fiscal o donde obtengas la totalidad o la mayor parte de tus ingresos, debes tener derecho a:
  • todas las ayudas fiscales a la familia y las deducciones fiscales por los costes del cuidado de hijos, aunque los costes se produzcan en otro país de la UE
  • todas las deducciones fiscales aplicables al pago de los intereses de la hipoteca, aunque la vivienda que poseas esté en otro país de la UE
  • presentar la declaración de la renta conjunta con tu cónyuge, si se puede hacer en ese país

Fuente: 
Tu Europa (2015), Impuesto sobre la renta en el extranjero, recuperado el 22 de agosto de 2015, disponible en linea en http://europa.eu/youreurope/citizens/work/taxes/income-taxes-abroad/index_es.htm#!lightbox-uid-0 

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